Casa de Agnes West (Aldea Ost-In-Edhil - Elfos de la luna)

Acepte el paquete de las manos de Sindar.
-Muchisimas gracias, alteza... -.Lo lleve hasta la mesa y lo abri. Era un vestido blanco precioso https://2img.net/r/ihimizer/img206/518/8a7484.jpg
-¡Oh Dios mio! Alteza, es precioso. Me encanta -.Le dije sin ocultar lo encantada que estaba con el vestido.

- Me alegra que te guste. Deberás llevarlo esta noche en la fiesta... y después te lo puedes quedar, como regalo.



- Vas a estar preciosa, Agnes. Pero debes recordar lo que me has prometido, eh?

Me volvi con una gran sonrisa en el rostro.
-Muchisimas gracias, alteza
Mire a Mariel, y recorde aquella promesa que hice el dia anterior.
-Sí, Mariel. No te fallare -.Le dije. ¿Aunque por que tenia la extraña sensacion de que me sentia como un juguete en manos del titiritero?...

- Bien, ahora me iré... volveré esta tarde a por tí... no me hagas esperar.

Se dio la vuelta y salió de la cueva.



Suspiró y miró a Agnes.

- Espero no arrepentirme de haberte dejado ir.

Mire a Mariel, seria.
-Y yo espero no arrepentirme de confiar en ti. Comprendelo, Mariel: no soy una persona que va siguiendo a otra tan ciegamente -.Me di la vuelta para marcharme a mi habitacion. Estaba otra vez cansada.

- Si, será mejor que descanses. Yo te avisaré cuando sea la hora de prepararte.- Se acercó a ella y le puso una mano en la espalda. -Confía en mi, Agnes... estamos juntas en esto.

La mire de reojo y me aleje para tumbarme bocarriba en la cama, pensando. ¿Que me esperaria en aquella recepcion? ¿Seria capaz de recordar a Arandil cuando le viera?...

Mariel se dedicó el resto del dia a sus pociones y hierbas y a conjurar un hechizo de protección para Agnes. Sería una magia debil contra Morus, pero si Sindar se mantenía a su lado nada podría pasarle.

Cuando llegó la hora, Mariel fue a despertar a Agnes a su cuarto.

- Es hora de levantarse, amiga, Sindar no tardará en venir a buscarte.

Me levante mas decidida que nunca.
-Gracias, Mariel. Ahora mismo me preparo -.Le dije y cogi el vestido de Sindar. Me cambie en un momento y tarde unos minutos en prepararme, haciendome un tocado en el pelo para llevarlo recogido. Luego me puse unos pendientes casi inconscientemente, pero al mirarme en el espejo me frene en seco. Eran unos pendientes preciosos, morados. ¿De donde los habria sacado? Volvi a la realidad y termine de prepararme. Luego, sali hacia Mariel.
-¿Que tal estoy?

Sonrió. - Estás preciosa, pequeña.- Alargó la mano y le tendió un colgante que había hechizado con un hechizo de proteccion. -Toma, ponte esto, tiene un hechizo de protección, por si te pasara algo.



- Bueno, si no se separa de mi no lo necesitará.- Dijo Sindar, apareciendo por la espalda. Se acercó a agnes y le besó la mano. -Estás preciosa Agnes.

Sonrei a Sindar.
-Y usted esta impresionante, alteza -.Le dije. Mire el collar y a Mariel.- Gracias -.Era lo unico que podia decirle, a pesar de que lo que queria decirle era que no lo iba a necesitar, no iba a una guerra. Nos despedimos de Mariel y salimos de la cueva.

Bueno, me alegro de que vengas conmigo. Como te dijo Mariel, tendrás que tener cuidado con Morus. A mi no puede hacerme nada... pero no debemos darle la oportunidad de que te coja sola, así que será mejor que no te apartes de mi, de acuerdo?

Asi que el tambien sabia de Morus... Asenti con la cabeza.
-De acuerdo, alteza. Ademas, ¿donde podria ir sino? -.Me rei.

- Agnes, soy muy viejo... y muy sabio. Se bien de tu ansias exploradoras, se que quieres investigar, que quieres recordar cosas... y que eres muy valiente. No dejes que te pueda la curiosidad... tus poderes no valen nada ante Morus... me entiendes?.- Le dijo, serio, mientras iban en el caruaje hacia el palacio.

Mi sonrisa desaparecio.
-Le entiendo alteza... -.Desvie la vista al suelo.- Pero no soy nada valiente. Solo... que no me importa lo que pase. No tengo nada que perder ni tampoco de que lamentarme -.Confese, tristemente.

- Estás segura de eso? No deberías decir eso hasta que no hayas recuperado todos tus recerdos, no crees?.- Le dijo, mirándola con una pequeña sonrisa.

-Ya, pero... Si lo he olvidado... Sera... por algo. Ademas... no se que he olvidado exactamente -.Decia para mi misma. Por fin, llegamos a palacio.

- Si, ya hemos llegado... ahora recuerda lo que me prometiste. No te alejes de mi.- Le dijo mientras le ayudaba a bajar del carruaje.

Asenti sin decir nada y juntos fuimos andando hasta el interior del magnifico castillo.

- Arandil... ya empiezan a llegar los primeros invitados. Esto es tan emocionante... han venido todas las casas de elfos... mira.- Itiel estaba muy excitada, hacia tiempo que no se celebraba un baile en Ost in Edhil.



- Si, creo que debemos salir a recibirlos.

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-Sindar... me alegra verte. Por fin te has dignado a mezclarte con la gente?.- Dijo Brodgar, acercándose a Sindar y Agnes. -Bienvenida.. yo soy Brodgar, príncipe de los elfos oscuros.-



- Y yo soy Silvano. Hermano de Brodgar, estamos encantados de conocerte. Por fin te has echado novia, Sindar?.- Le preguntó al elfo, irónico.



- Hola Brodgar... Silvano. Ella es una druida, amiga de Mariel... se llama Agnes.



- Una druida?.- Se quedó pensativo. -Ultimamente hay muchas en esta tierra....



- Hola a todos, de modo que aquí tembién tenemos una druida? Encantado, muchacha. Yo soy Eleher, príncipe de los elfos del bosque. Por cierto, alguien ha visto a Arandil?

No me gusto el comentario de el principe de los elfos oscuros. ¿Habria conocido a alguna de mis compañeras? Si era asi... Deje el tema a un lado. Salude cordialmente a todos.

- Típico de Arandil, dejarnos esperando.



- Eleher, siempre tan impaciente.- Se acercó a él y le saludo. Después miró a los demás, saludándoles con la cabeza. Sindar se situó delante de Agnes.



- Arandil.... ya pensabamos que no vendrías a saludarnos.



- Sindar.- Hizó un gesto de saludo. - Sabes que yo no haría eso. Pasad, disfrutad de la fiesta.

Por algun motivo, tal vez por mis recuerdos, reconocia aquella voz. ¿Era Arandil? Queria verle la cara, estaba impaciente por recordar, pero Sindar estaba delante y no me dejaba ver. ¡Maldicion!

-Sindar.- Dijo Itiel, aproximándose con un lobo tras ella. -Encantada de volver a verte.- Le miró con curiosidad.- No nos vas a presentar a tu acompañante?



- Itiel.- Le dijo, serio. - Claro que si.- Cogió la mano de Agnes y se puso a su lado. - Ella es Agnes, una druida amiga de Mariel.



Arandil palideció. No, no podía ser. Agnes... estaba bien, viva... pero. Por que no había venido? Que hacía con Sindar?. -A-a-a-gnes... Encantado.



El lobo gruñó e Itiel se puso tremendamente seria por un instante, aunque se recompuso enseguida. -Hola Agnes... cualquiera diría que somos hermanas. Bienvenida a palacio.

Por un momento, me quede paralizada. Todo sucedio muy deprisa. Vi a Arandil, a Itiel y a ese lobo... ese lobo era Morus, eso lo sabia de antemano, pero al ver a Arandil... Fue un golpe demasiado fuerte. Las imagenes fueron tremendamente deprisa y no era capaz de abarcarlas todas. Pero si las suficientes. Arandil... el hombre al que quise proteger, el hombre con el que comparti todo... El hombre en el que confie. Por eso me transforme en lobo. Ahora recordaba aquellas palabras... Me encerraron, y yo sali y pronuncie su nombre... Dios mio, ya lo recordaba todo. Absolutamente todo. Eche una mirada a Itiel. Me sorprendio su parecido conmigo... Mas que eso, me sorprendio darme cuenta de repente de todo. Al instante me vinieron imagenes de los primeros dias de conocernos, cuando me llamaba: su princesa.... y la hermana de Eliazar que me advirtio... Que tonta he sido... Mire a Arandil. ¿Por eso me cortejaste? Le pregunte pero no pronuncie palabra. ¿Todo lo que me dijiste era mentira?... Se lo decia a Itiel, no a mi. Nunca a mi. ¿Por eso arriesgue tanto? ¿Por eso me sacrifique por el? Todo... todo... era mentira. Una mentira. Me habian vuelto a hacer daño y esta vez era irreversible. ¿Por que habia sido tan estupida?...
-Encantada de conocerles, majestades -.Salude con una inclinacion de cabeza. No le mire. Ni a el ni a Itiel. Y permaneci junto a Sindar, tal y como prometi. Arandil ya no queria saber nada de mi, porque ya tiene a su amada... Y yo ya no quiero saber nada mas, porque ya no tengo fuerzas para seguir...