Casa de Agnes West (Aldea Ost-In-Edhil - Elfos de la luna)

Le cogió la mejilla con su mano e hizo que le mirara. - Al verme que, Agnes? Sólo te pido que confíes en mi. Te amo... sólo a tí... y no tengo intención de hacerte daño nunca.

No sabia que responderle. ¿Confiar en el? Una parte de mi queria pero... La otra no. La otra rechazaba cualquier contacto. Recorde de repente tantos momentos juntos... ¿Deberia creer en aquellos recuerdos o pensar que eran solo mentiras? Cogi su cara entre mis manos y cerre los ojos. Me acerque lentamente y le di un suave beso, ligero, y fugaz. No pensaba decir nada, y espere a ver su reaccion.

Sintió su beso... fue como un escalofrío que le recorrió todo su cuerpo. Eso era un sí? La atrajo más hacia él y la abrazó con fuerza. Acercó los labios a los suyos y la beso, apasionadamente, como si quisiera recuperar todo el tiempo perdido... hacia tanto tiempo que no la besaba... que no recordaba lo maravilloso que era. - Entonces eso es un sí, Agnes? Confías en mí?.- Le dijo, sonriendo.

Confiar... confiar... Tenia que confiar en el... Pero... Me hacia tanto daño pensar que me iba a costar... No queria hacerme esperanzas a un futuro soñado. Los sueños no eran para mi...
-No puedo negarte nada... Arandil yo... confiare en ti -.Pero no puedo asegurarte nada, termine en mi cabeza y me abrace a el.- Parece que hace una eternidad que no estamos asi...

La apretó fuertemente junto a el, no quería volver a dejarla escapar nunca. - Dios mio, Agnes, no sabes como he sufrido sin saber que te había pasado, sin saber si estabas bien. Te he buscado por todas partes... Me alegro tanto de que estés de nuevo junto a mi.- Le dijo, dándole un tierno beso en la frente.

Senti una profunda tristeza ante esas palabras. Un profundo vacio... Me sentia como una traidora. Un tiempo atras no hubiera sido capaz de dejarle, ni me lo hubiera planteado. Pero ahora... ahora todo habia cambiado. Quizas no siguiera con vida despues de todo. Podia morir... y era capaz de hacerlo. Por salvarle. Pero eso no iba a decirselo ahora. No iba a decirle que podia morir debido a la mision a la que estaba expuesta. A salvarle de las garras de Morus. Cerre los ojos, y quise recordar todo lo vivimos juntos... antes de que todo se torciera. Antes de que mi propio corazon se mostrara temeroso de acercarse a el. De volver a confiar. Alce los brazos, y le abrace.
-Te amo, Arandil... -.Por mucho que me costara, le amaba mas que a nada. Aunque sintiera dolor con aquellas palabras.

- Yo también te amo, princesa.- Bajó la cabeza y capturó sus labios con pasión, como llevaba queriendo hacer desde la última vez que la había besado. Con su lengua, exploró por todos los rincones de su boca. Poco a poco, fue bajando su mano, hasta dar con uno de sus pechos, sus pezones estaban tensos, duros... el jugueteo con uno de ellos entre sus manos. - Oh.. tenía tantas ganas de volver a tocarte así, Agnes.

Me rei y le abrace el cuello con mis brazos y le bese el lobulo de la oreja y el cuello.
-Ojala pudieramos repetir los momentos en que estabamos juntos... -.Dije, sin poder ocultar la pena en mi voz. Me acomode en sus brazos y me quede asi, quieta.

- Claro que los repetiremos, princesa. Y los multiplicaremos...- Le dijo mientras volvía a besarla y empezaba a desabrochar los botones de su vestido, para poder tocar la suave piel de sus pechos.

Me estremeci ante su contacto y quede desarmada ante el. Una sonrisa aparecio en mi rostro.
-Veo que no has cambiado nada -.Dije entre risas.

- Claro que no, amor... sigo siendo el mismo que antes.- Le dijo mientras bajaba su cabeza y cogía uno de sus pechos con su boca, jugueteando con su turgente pezón mientras con las manos le desabrchaba el resto del vestido, para dejarla totalmente desnuda.

-Arandil... -.Dije y me sobresalte. En un momento me dejo totalmente desnuda en sus brazos, y me abrace a el. Empece a atraerlo hacia mi cama.- No deberiamos seguir... -.Dije mientras cogia su cara entre mis manos y comenzaba a besarlo apasionadamente.

La cogió en brazos y la tumbó sobre la cama, poniéndose encima de ella. Volvió a besarla, mientras con sus manos seguía jugando con sus pezones. - Si, si deberíamos.- Le dijo .-Te necesito, Agnes.-

Arandil... No lo compliques... decia mi mente. Y mi corazon me aseguraba que esto era un sueño... Los sueños no eran para mi, no debia soñar. Le abrace y sin querer me arquee hacia el.
-Arandil por favor... -.Me mordi el labio. Esto no estaba bien. No iba por buen camino... Y sin embargo queria tenerle, queria sentirle aunque fuera una ultima vez.- Te quiero, te quiero, te quiero... -.Le susurraba una y otra vez.

- Yo también, mi amor.- Le dijo, mientras se separaba de ella para desnudarse. Cuando estuvo totalmente desnudo, volvió a tumbarse encima de ella, introduciéndose poco a poco dentro de ella, como llevaba queriendo hacer desde hacía tanto tiempo. -Oh.. mi vida... eres... perfecta.

Sentia tanto placer y felicidad al tenerle, al sentirle... Me sentia como si nunca hubiera pasado nada entre nosotros, como si Arandil no estuviera casado, y fuesemos dos enamorados que se querian... Pero la realidad era mucho mas cruel y dura, y yo no queria despertar en aquel momento. Susurre su nombre mientras le acariciaba todo su torso y soltaba pequeños gemidos de placer, intentando no hacerlo muy alto ya que no estabamos exactamente solos...

Se introdujo en ella hasta el fondo, con embestidas cada vez más rápidas. No podía controlarse, porfin ella estaba otra vez con él... esta vez no dejaría que nada les volviera a separar, nunca más. Agnes era suya, para siempre. Siguió empujando, mientras notaba como ella gemía cada vez más excitada, a punto de llegar al climax, eso le excitaba aún más haciendole subir más y más alto cada segundo, incapaz de controlarse.

Todo estaba sucediendo tan deprisa, que ni yo misma podia controlarme. Queria aprovechar aquel momento, y guardarlo en mi memoria para siempre. Cuando senti que tanto el como yo ibamos llegando hasta el cielo, a lo mas alto, cogi su cara entre mis manos y lo bese, lo bese como si me fuera la vida en ello. Y ahogue mi ultimo gemido de placer mientras estallaba y todas mis fuerzas se me iban, a la vez que el. Senti como el llegaba al climax igual que yo, y su respiracion era tan aparatosa como la mia. Me abrace a el intentando que mis espasmos se diluyeran y desaparecieran.
-Ha sido... perfecto -.Le susurre al oido.

Salió de ella y se tumbó a su lado. - Tu eres la que eres perfecta. Te he echado tanto de menos, Agnes... Ahora no permitiré que nos vuelvan a separar nunca, creeme.- Le dijo, mientras le besaba la frente.

No dije nada y oculte mi rostro abrazandome a el. Quizas, si salia con vida... fuera mejor separarse. Seria lo mas correcto. Pero todavia no podia tomar una decision precipitada. Suspire, feliz. En aquel momento no me importaba nada, necesitaba aquellos segundos de paz.

- Agnes.- Le dijo, mientras continuaba abrazado a ella. -Hablaré con Itiel esta misma noche. Le diré que nos tenemos que separar. Y mañana vendré a por tí. Querrás venir a vivir a palacio conmigo?

Intente ocultar mi nerviosismo. Trague saliva, y de repente recorde a Mariel. Madre mia, Mariel tambien estaba en la casa y yo aqui haciendo cosas indebidas... Me aleje y le mire.
-¿Podrias dejarme hablarlo con Mariel? Ella... se ha convertido... en alguien... importante en mi vida -.Asegure aunque fuera, en parte, mentira. Tenia que hablarlo con ella porque el castillo... lejos de toda proteccion contra Morus... Empece a vestirme.

- Si, no te preocupes. No quiero presionarte. Sólo quiero que hagas lo que realmente quieras.- Le dijo, sonriendo. - De todas maneras, Itiel probablemente necesite unos dias para marcharse... y no quiero que quieras convivir con ella, no?.- Le dijo, divertido.

Esboce una timida sonrisa y termine de vestirme. Tendria que hablarlo con Mariel... antes que nada. No lograba abrocharme el vestido por detras y el intento era inutil.
-Arandil... ¿Podrias... ayudarme? -.Le dije dandome la vuelta para que pudiera ayudarme con la cremallera del vestido.

- Claro.- Se acercó a ayudarle a abrocharle el vestido. -mmm... tendré que contratar una doncella para estos menesteres cuando vivas en palacio. A mi me gusta más el proceso contrario.- Le dijo, sonriendo.