Casa de Kassandra (Aldea Ost-In-Edhil - Elfos del bosque)

- En absoluto, todo lo contrario. - dijo colocándose al otro lado y poniendo su mano en el brazo. - podría pasear con vosotros? -



- Tres son multitud. - miró a su sobrino esperando que se retirase pero éste sólo miraba a Kassandra esperando una respuesta por su parte.

Miré a los dos y sonreí .-Pero claro que puede acompañarnos, Don Ken... estaré encantada de ser acompañada por dos caballeros tan apuestos.- Les dije a los dos. Después de la humillación de aquella tarde era reconfortante sentir que aún existían hombres caballerosos y que aún podía gustar a alguno.

Hizo una mueca con toda la cara.

- Don Ken....qué mal suena, llámame mejor sólo Ken, te parece? -

- Está bien, Ken.- Miré a las parejas, que salían a la pista de baile. -Alguno de ustedes querría bailar conmigo, caballeros?.- Si, seguramente habría sonado atrevido... pero tenía tantas ganas de bailar... lo había soñado tantas veces... estar en un baile así...

- Será un honor.... - su tío le cortó.



- Creo que los mayores tenemos preferencia, además yo estaba antes con ella. - miró a Kassandra. - me concede este baile, señorita? -

- Con mucho gusto, caballero.- Mire a Ken mientras avanzabamos hacia la pista y antes de alejarnos le sonreí.- Le próximo será para usted, Ken.- Le dije, alejándome con el duque hacia la pista, donde el resto de los bailarines bailaban.

Comenzaron a bailar por la pista.

- Has preferido a un viejo decrépito antes que a mi joven y guapo sobrino? -



- Problemas con tu tío? creo que debes aprender de él. - dijo acercándose a Ken por la espalda y dando un trago a su vaso.



- No tiene nada que hacer, eso lo sabemos los tres. - no apartaba la mirada de Kassandra.

- Oh, por favor.- Le dije, riendome. -Usted no es un viejo decrépito, señor duque... es usted un hombre muy atractivo a su edad....- Le dije mientras bailábamos. Me sentía flotar, el duque bailaba muy bien y me sabía llevar... para mi era un sueño... sólo faltaba mi principe. Suspiré... eso no pasaría, mi príncipe ya no vendria nunca a bailar conmigo. Intenté borrar ese triste pensamiento de mi mente y me concentré en el baile. -Baila usted muy bien, señor duque.

- Eso es porque la dama que me acompaña es tan ligera como una pluma y baila como los ángeles. - sonrió. - muchas gracias por tu cumplido pero porfavor llámame Robert. -

- Bueno... para serte sincera es la primera vez que bailo en un baile rodeada de gente, Robert.- Le dije

- De verdad? eso no puedo creérmelo....pareces de la realeza, tu forma de expresarte, de moverte....de verdad no eres familiar de Estefian o Eleher? -

- No, no soy familia suya... soy de un pais muy lejos de aquí. De pequeña era de la realeza, pero bueno... mi vida ha dado muchas vueltas.- Ya era hora de confesarle mi secreto al mundo. Era una princesa... y merecía ser tratada como tal.

- Tantas que ahora eres la dama de compañía de la princesa Estefian no es así? - el baile terminó, Robert llevó a Kassandra hasta el balcón y se sentarón en un banco. - te gustaría contármelo? -

- Bueno, no quisiera entrar en detalles, Robert. Soy la princesa de Gondolin... es un pais muy lejos de aquí. Mis padres, los reyes... murieron cuando yo era muy pequeña... y yo... yo me fui de allí, y me hice druida... y hasta ahora, que me encuentras aquí... de doncella.- Le conté, no quería entrar en detalles, no me apetecía recordar la espantosa muerte de mis padres, pero ya era hora de que empezara a reclamar mi sitio. Si no podía tener a Eleher... por lo menos quería para mi hijo lo que por derecho le correspondía.

- Vaya yo....lo siento mucho. - agachó la mirada apenado y después la miró a ella. - y como has venido a parar aquí de doncella? si no es mucho preguntar claro. -

Bueno, eso era algo que no le iba a contar. Aúnque tenía que inventar algo que resultara creible. -Bueno... yo... supongo que habrás notado que estoy embarazada... Eleher me dio refugio... cuando se fue el padre de mi hijo y me trajo aquí de doncella.

- Vaya! eso es muy amable de su parte verdad? y no, la verdad es que no me había dado cuenta de que estabas embarazada, lo disimulas muy bien. - dijo mirando su estómago.

- Si, es muy amable.- Dije con algo de cinismo. Me toqué el vientre y sonreí. -Pues estoy casi de cuatro meses ya... es un niño.

Cogió sus manos y la miró directamente a los ojos.

- Qué va a ser de tí y de tu hijo? lo has pensado, no hay un hombre en tu vida? -

- Bueno, creo que va siendo hora de volver a mi reino y reclamarlo para mi hijo, no?. No, no hay un hombre en mi vida.- Le dije, con tristeza...

- Yo estoy dispueso a ayudarte....cásate conmigo, sé que soy mayor pero tengo influencias, no nos costaría hacernos con tu reino y recuperar lo que te pertenece por derecho propio y a mi muerte estarías completamente protegida, todos mis bienes serían para tí y tu hijo al que consideraré como propio. -



Ken salió en ese momento del salón donde se celebraba la fiesta.

- Querido tío, creo que has acaparado demasiado a esta linda dama y le recuerdo señorita que me debe un baile. - dijo ofreciendo su mano.

Me levanté y cogí el brazo de Ken. -Por supuesto... yo nunca falto a mis promesas.- Le dije. Me volví hacia Robert y le sonreí. -Pensaré en tu propuesta, Robert.- Le contesté. Quizá no era tan descabellado. Nunca más tendría amor en mi vida... nunca podría amar a nadie más que a Eleher, pero Robert parecía un hombre amable... y aseguraría el futuro de mi hijo.

Robert sonrió, tenía una oportunidad y no iba a desperdiciarla.



- Y puedo saber cual es esa propuesta? - preguntó llevándola al centro de la pista de baile.

- Nada... cosas nuestras. Tu tío quiere ayudarme con un... proyecto que tengo en mente.- Le dije, no sabía si Robert quería que fuera publicando sus intenciones, aunque Ken fuera su sobrino.

- Por qué no me lo cuentas? quizás yo también podría participar y ayudarte en ese proyecto. - dijo sin dejar de girar por la pista de baile.