Casa de Agnes West (Aldea Ost-In-Edhil - Elfos de la luna)

- Lo es... ciertamente... y yo no tengo pareja. El príncipe de los elfos del sol, la casa más alta de los elfos no puede ir sin pareja, así que sería un honor para mi que aceptaras serlo por una noche. Aceptas?

-¿Y como poder negarme? Estare encantada de acompañarlo, alteza -.Acepte ofreciendole una sonrisa. Aunque... ¿estaria a la altura de un hombre con tanta prepotencia como el? Tendria que hacerlo muy bien.

- Pues entonces no se hable más, mandaré un lacayo mañana por la mañana para que te traiga un vestido apropiado para la recepción. Estoy seguro de que serás la atracción de la fiesta.- Dijo, con una sonrisa.

Desvie la mirada, un poco sonrojada.
-Muchas gracias, alteza. La verdad... Creo que usted sera quien llame mas la atencion y deslumbre a todos los invitados -.Le alague yo a mi vez.

Mariel salió de la cocina con una olla repleta de estofado para la cena.

- Bueno, la cena ya está lista. De qué hablábais?



- Bueno, tu querida amiga Agnes ha accedido a ser mi acompañante mañana en la recepción oficial que ha preparado Arandil.



Mariel palideció de repente. - No... no... no puede ir, no... no está lo suficientemente recuperada.

Mi cara se descompuso en tristeza y baje la vista. Me toque la herida con la mano, y la mantuve ahi.
-Lo siento, Mariel... -.Aunque, pensandolo bien... ¿Por que se preocupaba tanto por mi? La mire fijamente.- Aunque supongo que una fiesta no me haria mucho daño... ¿no?

Mariel seguía pálida... que podría decirle para que no fuera? No debía encontrarse con Itiel y Morus todavía. - Agnes, una recepción es algo muy cansado y tu todavía no estás completamente recuperada.



- Vamos Mariel.. Agnes está bien. No te preocupes, yo cuidaré de ella.

Si algo no soportaba nunca era la mentira. Segui mirando a Mariel y utilice un poco de mi poder magico para enviarle unas palabras sin que Sindar se diera cuenta.
"Si hay algo que no soporto nunca es la mentira. Asi que tendras que ir dandome algunas respuestas, Mariel" Dije mentalmente lo mas tranquila que pude. Deje descansar mi magia, lo necesitaba para ahorrar fuerzas.

Mariel se quedó mirando a Agnes. Había escuchado perfectamente su mensaje. Deja que se vaya Sindar y hablaremos, amiga, le dijo, en respuesta.
- Sindar, será mejor que Agnes no tome esta decisión hasta que no vea como se encuentra mañana, te parece bien? Te enviaremos una nota por la mañana.



- Está bien, pero espero que la respuesta sea que si, no todos los días alguien tiene el honor de recibir la invitación de Sindar, el príncipe de los elfo del sol. Ahora será mejor que me vaya.- Dijo, levantándose. -Mañana me espera un día duro.- Se despidió de las dos damas y salió de la cueva.



- Bien, muchacha, ahora estamos solas. Cuentame exactamente que es lo que recuerdas y te contaré lo demás.

-Lagunas. Solo eso. Varias imagenes que van y vienen en mi cabeza. Pero no por eso no soy capaz de darme cuenta de tu nerviosismo. ¿Por que no quieres que acompañe al principe? ¿Quien es Arandil y por que tengo la sensacion de conocerlo? -.Empece preguntandole sin echarme atras.

- Arandil es el príncipe de los elfos de la luna, Agnes... y tu le conoces. Estás segura de que no le recuerdas? No recuerdas a Morus? La cueva?...

Sus palabras me dejaron de piedra. Sus preguntas, esos nombres. Fue como si un rayo me impactara en la cabeza. Me levante y hui de ella. Me eche lo mas para atras que pude y me puse las manos en la cabeza. ¿Por que...? ¿Por que sentia tanto dolor? ¿Que eran esos recuerdos? Me vi a mi misma, sonriendo, feliz. Luego... luego senti miedo. Mucho miedo... Y pronuncie unas palabras. Recorde los ultimos segundos antes de caer desmayada. Un rostro... ¿Pero por que no podia verlo? ¿Por que no podia ver ese rostro? ¿Y por que me hacia tanto daño?
-No... No lo se. Me vienen imagenes a la cabeza... Cosas que hice, cosas que senti. Pero no... no logro reconocer ese rostro... No puedo verlo... No... -.Me puse de cuclillas aun con las manos en mi cabeza, sollozando.

- Tranquila muchacha, yo te ayudaré. Por eso quería que no fueras a esa fiesta... no crees que serán demasiadas sensaciones juntas? No crees que deberías tomártelo con más calma?

-¿Pero por que? ¿Por que tengo que quedarme aqui intentando recordar? Necesito ver a Arandil. Se que si le veo, recuperare la memoria. O al menos parte de ella. Si me quedo aqui, entonces es cuando la impotencia de no poder recordar me hara mas daño -.Me di la vuelta, dandola la espalda.- No lo entiendo... ¿Por que lo he olvidado? ¿Por que me proteges tanto?...

- Agnes, Morus estará allí, él fue el brujo que te capturó, por él estás así. Tengo miedo de que te ataque de nuevo, o de que ataque a Arandil.

La mire.
-¿Y que debo hacer? ¿Quedarme aqui encerrada para siempre? ¿Por que es por su culpa? ¿Le he hecho yo algo?

- No, muchacha, no pretendo que te quedes aquí para siempre. Pero no se si estás preparada aún para enfrentarte a él... ni siquiera le recuerdas... Morus es muy poderoso, Agnes, aún en forma de lobo, como está ahora. Y tu simplemente estorbas en sus planes, el necesita a Arandil, y tu le estorbas, por eso te quiere lejos.

Otras imagenes vinieron a mi mente. ¿Un lobo? De repente, recorde que yo me transforme en lobo... ¿Para que? ¿Para seguir a quien? Y esforzandome mas recorde a un tipo... que me encerro... Y esa risa malvada...
-Creo que recuerdo a Morus. Me encerro en una cueva... me tuvo prisionera... ¿Se hizo... pasar por mi? Recuerdo que me converti en lobo para algo.... -.Mire a Mariel.- ¿Que quiere del principe? ¿Que sabes de ese mago, Mariel? -.Pregunte, desconfiada.

- Morus quiere la lágrima de la luna... y necesita a Arandil para conseguir su poder. Has conseguido recordar a Arandil?

Negue debilmente con la cabeza.
-No puedo hasta que no le vea... Es como si mi propia mente me bloqueara ese recuerdo... Recuerdo a Morus, si, y que hice algo... Me transforme en lobo para... para seguir a alguien pero... No puedo verlo... Y luego hice algo y senti frio... y mucho dolor -.Me toque la herida.- Supongo que fue en el instante en que sufri esta herida. Pero... Aun asi... -.La mire.- Mariel, tienes que dejarme ir. Necesito ver si puedo recordar a Arandil... Ademas, si he escapado de Morus una vez, podre volver a escapar de nuevo -.Le dije, decidida.- Y esa lagrima... ¿para que la quiere? ¿Cuales son sus propositos y como es que sabes tanto de el, Mariel? -.

Mariel sonrió. -Yo se muchas cosas, es mi trabajo, Agnes. Soy una hechicera. Está bien, ve a esa fiesta... pero has de prometerme dos cosas, que no te separarás de Sindar y que no te acercarás a Arandil. Si permaneces con Sindar Morus no te molestará. Lo harás?

Asenti sin sonreir. Estaba decidida.
-De acuerdo -.Dije, mas tranquila. Suspire.- Necesito descansar para mañana estar con fuerzas. Gracias, Mariel. Y buenas noches -.Me despedi de ella y fui hasta la cama para poder descansar un poco. Tenia la sensacion de que mañana me esperarian cosas que necesitaban de toda mi fuerza...

El día amaneció soleado. Sindar decidió salir a dar un paseo e ir personalmente a la cueva de Mariel, para llevarle el vestido a Agnes. Se quedó en la entrada, esperando que Mariel abriese.



- Buenos días, Sindar. Necesito declirte algo, creo que debes saberlo. Morus está en la aldea. Ya sabes lo que quiere... y sabes que hará cualquier cosa para conseguirlo. Por favor, ten cuidado de Agnes y no dejes que se separe de tí. Me harás ese favor? No podemos perderla, ella es muy importante para nosotros.



- Mariel, se que Morus está en la aldea... y se que no está solo en esto. No te preocupes. Comprendo el papel de Agnes y te aseguro que no le pasará nada.

Me desperte bastante bien y me sentia con energia. Quizas se tratara del dia tan soleado que hacia. Me vesti y me arregle y sali a saludar a Mariel. Pero me quede a medio camino al ver a Sindar alli tambien.
-Su Majestad, que agradable volver a verlo. ¿Como se encuentra? -.Le pregunte sonriente. Luego mire a Mariel.- Buenos dias Mariel -.Dije.

- Muy bien, gracias. Buenos días a tí también. Decidí venir a veros para entregarte tu vestido para la fiesta.- Le tendió a Agnes un paquete bastante grande.