Casa de Agnes West (Aldea Ost-In-Edhil - Elfos de la luna)

Hombre........Agnes.....pensé que te habías olvidado de nosotras, jejejeje!

- Shhhh, pequeña druida. Ya estoy aquí. Tranquila... te has forzado demasiado. Necesitas descansar.- La cogió en brazos y la llevó hasta su pequeña cueva para curarla.

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Llegó al palacio y entró a sus aposentos. Hacía tanto tiempo que no entraba que le parecían desconocidos....



- Arandil.- Le dijo, mientras se lanzaba a abrazarle. -Donde te habías metido? estaba preocupada.



Se soltó del abrazo de Itiel y se acercó a Eliazar.

- Agnes ha desaparecido. Algo le ha pasado... mañana saldremos en su búsqueda. Diselo a los chicos.- Esperó a que Eliazar partiera asintiendo con la cabeza y entró en su cuarto. Itiel entró detrás de él.



- Se puede saber que pasa? Quien es Agnes?.- Se acercó más a él y le abrazó por la espalda. - Arandil... te he echado tanto de menos.



Se soltó de nuevo de entre sus brazos y se volvió hacia ella. -Itiel, vete a tu cuarto y descansa. Yo necesito descansar.- Tiró de ella agarrada de las muñecas hacia fuera de la habitación y le cerró la puerta en las narices. Solo pdía pensar en Agnes... donde estaba?? qué le había pasado??

Me desperte algo aturdida. Me dolia la cabeza horrores y cuando intente erguirme, la herida me dolio como mil demonios. Aprete los dientes con fuerza para resistir el dolor, y mire alrededor. Estaba en una cueva. De repente, me asuste. ¿Habia vuelto a la cueva de aquel asqueroso hechicero? No. No podia ser. Me moriria si volviese a entrar alli.
-¿Ho..hola? ¿Donde estoy? -.Pregunte a la nada. Si aparecia aquel ser... Tendria que estar alerta porque lo mataria si asi fuera.

- Hola, pequeña druida.- Dijo Mariel, apareciendo de detrás de una cortina. - Estás en mi casa. No te esfuerces, todavía estás debil, debes descansar. Tranquila, todo está bien. Descansa.

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- Pero y donde pretendes que busquemos, Arandil? No está en su casa... no tenemos ninguna pista de a donde puede estar...



- No lo se, Eliazar... tiene que estar en alguna parte. Tenemos que enontrarla... se que está en peligro. Oí su voz, me pedía ayuda. Busquemos por el bosque, quizás está perdida.

Salieron galopando en busca de Agnes por todo el bosque.

¿Mariel? Suspire aliviada al saber que estaba a salvo. Pero... Arandil...
Intente levantarme.
-No, nada esta bien. Arandil... quiero buscarle, ¡esta en peligro! Debo... Aaaagh -.Dije de repente al notar el dolor de la herida. Cerre los ojos con fuerza intentando despejar el dolor. Luego, los abri y la mire.- Por favor, Mariel... Ese hechicero intenta tenderle una trampa...

- Lo se, amiga... pero todo a su tiempo. Ahora estás demasiado débil para ir en su busca. Debes reponerte... para estar preparada para ellos. No te preocupes por Arandil, el estará bien... no le harán daño. No es dañarle lo que quieren.- Le dijo, mientras la ayudaba a tumbarse de nuevo y le tapaba con la manta.

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Donde estás Agnes? Se preguntaba Arandil... no entendía que había pasado. Ella había prometido esperarle... estaba seguro de que había oido su voz llamándole... quizas fueron imaginaciones mias... quizá es solo que se ha cansado de esperar y ha decidido marcharse. Penso, triste, mientras volvían galopando al palacio.



- Arandil! llevo buscándote toda la mañana, mi amor.- Salió corriendo hacia él justo cuando entraban en palacio. - Donde has ido? Te he echado de menos, cariño.- Le dijo, mientras se abrazaba a él nada más bajar del caballo.



- Itiel, por favor. Estoy cansado. Necesito un baño.- Le dijo, no soportaba su abrazo... no, el solo quería el de Agnes. Donde estaría ella, por qué se había ido?



- Pero cariño... tengo que decirte algo.- Dijo, mientras le seguía por el patio.- He estado hablando con los sirvientes. Dentro de unos días organizaremos una recepción, para que toda la ciudad sepa que su reina ha vuelto. No te parece maravilloso, mi amor?



- Si, claro, maravilloso.- Contestó, sin escucharla realmente. Sólo podía pensar en Agnes... en que necesitaba encontrarla... necesitaba que le explicase por qué se había marchado.

Intente resistirme una vez mas.
-Mariel... yo... estoy tan confundida... No quiero... -.Pero, sin querer, el dolor me agoto tan rapido que empece a dormirme.- No quiero que vuelvan... a hacerme daño... -.Susurre antes de caer inconsciente. Estaba demasiado debil.

- No te preocupes, amiga... no dejaré que nadie te haga daño. Te necesitamos para salir de esta.- Le dijo a una Agnes dormida, mientras le acarifciaba el cabello.

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- Arandil, llevas todo el día sin dirigirme la palabra. Acaso no te alegra que haya vuelto?



- Si.- Dijo, no muy convencido. -Solo es que... necesito tiempo para acostumbrarme de nuevo a tí.... a todo esto.



- Bueno, pero recuerda que en dos días es la recepción oficial... no quiero que estés mohino como estas ahora, eh?



- No, descuida... sabré comportarme.- Dijo, y salió de la habitación. Quería estar solo... ultimamente era lo único que quería. Estar slo y pensar en ella, en el por qué de su marcha, en si estaría bien. Necesitaba tanto volver a verla...

No supe cuanto habia dormido exactamente, solo que cuando abri los ojos, no recordaba casi nada. Solo que escape de una cueva... estaba atrapada... un lobo... y... y... Nada mas. Que raro... No sabia por que habia estado en esa cueva. Nada... Y me dolio terriblemente la cabeza el recordarlo. Con un gesto de dolor, puse una mano en mi frente. ¿Por que no podia recordar nada? Era estresante... Mire a mi alrededor. ¿Donde demonios estaba? Aquel lugar... una mujer... Unas palabras que escuche mientras dormia... ¿Como se llamaba esa mujer? ¡Mariel! Ya empezaba a recordar. Tenia que salir de alli pero... ¿por que? ¿para que? Me observe el cuerpo vendado. ¿Como habia llegado a este estado?

Mariel apareció por detrás de la cortina.

- Buenos días, amiga... sentí que estabas despierta. Has dormido bien?.- Se acercó a ella, a cambiarle el vendaje de las heridas y ponerle una nueva cataplasma. -Tus heridas están sanando bien. Eso me alegra. Debes ponerte fuerte antes de volver.- Le dijo, mientras le ponía un nuevo ungüento y volvía a vendarlas.

La mire extrañada.
-¿Volver a donde? -.Fue la unica pregunta que salio sola de mis labios. Me removi incomoda.- ¿Como... como he llegado a parar aqui? -.Intente recordar, pero la cabeza me daba vueltas y vuelas y me impedia pensar.

- No te preocupes, amiga.- Le dijo, poniéndole la palma de la mano en la cabeza, para calmarla. -Los recuerdos vendrán, poco a poco... ahora sólo debes pensar en recuperarte. Tranquila.- Cerró los ojos y traspasó su sosiego a Agnes... eso le ayudaría a calmarse y poco a poco iría recordando.

En tal caso, lo unico que conseguia era ponerme mas nerviosa. ¿Por que mi corazon tenia tanto miedo? ¿Por que tenia esa necesidad de ver a alguien?
-Yo... Creo que estoy mejor. Las he pasado peores. Deberia... Quisiera irme a casa -.Le dije apartandome y mirandola pidiendo un poco de comprension. Queria saber qué habia olvidado, el por que, y tal vez en mi casa lograra saber las respuestas.

- No, aún no puedes irte a casa. Estás muy débil y en tu casa no estás segura. Será mejor que te quedes aquí hasta que te recuperes. Aquí no te pasará nada. No te preocupes por tus recuerdos... volverán a tí- Le dijo, con una sonrisa.

-Pero... ¿Y si en realidad no quiero recordarlo? ¿Qué he olvidado? Y si lo he olvidado... ¿Por que? ¿No sera mejor asi? Incluso contigo me ha costado recordarte... Y se quien eres, pero no se de que te conozco. No entiendo nada. Estoy confusa y tengo la sensacion de que quiero proteger algo pero no se el que o a quien -.Explique, con aire cansado.

Mariel volvió a sonreir y se sentó a un lado de la cama. - Agnes, no debes peocuparte por no recordar. Has estado muy debil y es normal, pero pronto volverán los recuerdos. Quieres proteger a alguien, lo se... pero no te preocupes, Arandil estará bien... ya te lo dije, ellos no le harán daño...

Al escuchar ese nombre, mi corazon latio mas deprisa y mi cabeza parecia que me iba a estallar. Hice una mueca de dolor. Ese nombre... ¿de que lo conocia?
-¿Quien es...? -.Le mire interrogante. Mi mente estaba por alguna razon bloqueada y no me dejaba pensar.- ¿Quien...? -.Volvi a intentarlo, pero me abstuve de continuar. -¿Cuanto tiempo pasare aqui? ¿Que clase de peligro corro? -.Cambie de tema.

- No deberías tratar de esforzarte tanto. Pasarás aquí el tiempo que necesites para ponerte fuerte. No se que clase de peligro corres. Nos enfrentamos a un brujo.... y ellos son peligrosos e imprevisibles, incluso para mí.- Le sonrió. -Arandil... es.... bueno, poco a poco recordarás quien es Arandil.

-Si... Tal vez algun dia recuerde -.Respondi, mas para mi misma. Tenia la cabeza como bloqueada. ¿Quien era Arandil? ¿Por que me era tan familiar? Bueno, me dije, tal vez en algun momento lo recuerde. Me levante lentamente y comprobe que podia mantenerme erguida.
-Creo que de momento me mantego en pie -.La mire y sonrei.- Siempre se me ha dado bien recuperarme rapido.

Se levantó para ayudarla. -Si, eres una muchacha muy fuerte. Quieres salir fuera a tomar el sol un rato?.- Le dijo, sosteniéndola por el brazo.

-Si... Me vendra bien descansar. Tranquila, puedo moverme sola -.Le dije y anduve despacio hacia el exterior. El sol me dio de lleno y necesite unos minutos para acostumbrarme. De repente, senti como si una oleada de recuerdos me asaltaran. Imagenes sin sentido para mi que desaparecieron tan deprisa como llegaron. Me asuste, y empece a tambalearme con una mano en la cabeza.

- Tranquila... los recuerdos empiezan a volver, verdad? No te asustes. Ven, siéntate aquí.- Le dijo, conduciéndola a un banquito que había a la salida de la cueva. - No tengas prisa por recordar... lo harás a su debido tiempo.

Hice lo que dijo y me sente con ella.
-Necesito recuperarme pronto... Necesito saber por que he olvidado cosas. Siento... como si mi mente estuviera bloqueada. No entiendo nada -.Admiti, al borde de la desesperacion.

- No te preocupes, todo es causa de la conmoción que has sufrido. Estuviste muy debil y tu mente se ha bloqueado. Pero no te preocupes, el descanso hará que los recuerdos vuelvan.- En ese momento, Mariel giró la cabeza hacía la derecha de la cueva, por donde desaparecía el camino que llegaba a ella y se puso en pie. - Sindar.....- Dijo, en un susurro.



Apareció por el camino, majestuoso, acercándose a ellas. - Mariel...

Arquee una ceja. ¿Quien era ese tipo? Tenia una vista imponente, majestuosa su forma de andar. ¿Quien seria? Mire a Mariel interrogante.