Casa de Aileen (Valle Kilmartin - Clan McCallum)

- No Aileen... sólo quiero que seaa tú misma. Me gusta cuando eres inocente, y cuando eres atrevida, me gustas en todas tus facetas, amor.- Desabrochó las cintas del vestido y dejó a la vista sus senos, que siguió acariciando ya sin el estorbo de la tela entre ellos y su mano.

- Ian.... - qué iba a decirle? no se me ocurría nada coherente, sólo pude dejarme llevar por sus caricias, pero yo también quería acariciarle así que comencé a desabrochar su camisa, por primera vez fui capaz de lanzarme a hacer algo sin que él me lo pidiese.

- Si, así, pequeña... desnúdame, quiero sentir tu piel contra la mia. Quiero sentir como tus dulces pechos se aplastan contra mi torso desnudo.- Le dijo, mienras bajaba la cabeza y tomaba con su boca uno de los erguidos pezonesde Aileen.

Conseguí quitarle la camisa a duras penas y me separé un poco de él.

- Ahora déjame que sea yo la que te acaricie. - llevé mis manos temblorosas hasta su duro y musculoso pecho y le acaricié lentamente, sintiendo como se contraía por mis caricias.

- Si, pqueña... acariciame... me encanta sentir tu tacto sobre mi cuerpo.- Se estremeció cuando sintió sus dulces manos jugando con sus pequeños pezones, igual que el había hecho con los suyos.

Tímidamente me acerqué a su cuello y comencé a besarle y a lamerle, fui bajando hasta su pecho e hice lo mimo con sus pezones mientras mis manos recorrían sus abdominales perfectos y perfilados.

Era la gloria, el paraiso... nunca había sentido nada como el roce de la lengua de Aileen sobre su cuerpo. Cada toque de su lenua le producía calambres de placer por todo su cuerpo, que hacían que su miembro se endureciera aun más. Le cogió una mano y la llevo hasta su entrepierna.- Toacame Aileen... tocame... me estas matando, nena.

Le acaricié como me pidió pero enseguida dejé de hacerlo para quitarle el kilt, me arrodillé ante él.

- No sé si sabré hacerlo. - lo tomé en mi mano, acerqué mi boca a su erección y comencé a lamerle lentamente.

- Oh.- Se estremeció cuando ella metió su duro miembro en la boca. No se lo había esperado... ella era tan inocente...- Oh cariño.. seguro que sabes. Lo haces estupendamente. Puso la mano sobre su cabeza, agarrándola del pelo.- Así... tomala toda, pequeña... tomala dentro de tí.

No sabía bien qué tenía que hacer así que seguí las indicaciones de Ian, parecía que disfrutaba con mis caricias y comencé a recorrer su longitud con mi lengua hasta la punta y volví a descender una y otra vez.

- Así... lo haces estupendamente, preciosa.- Le costaba hablar, la voz le salía en gruñidos roncos por el placer. - Si sigues así vas a acabar comigo.- Le empujó la cabeza suavemente, para que hundiera su boca aun más en su miembro. Si, así, tomala entera Aileen... es toda para tí... yo soy todo para tí, mi amor.

Noté que comenzaba a estremecerse, pensé que sería su momento y no quería que terminase así, yo también quería disfrutar. Me levanté lamiendo su cuerpo hasta su cuello y le susurré al oído.

- Yo también quiero disfrutar. -

- Lo se, pequeña, no pensaba negarte ese placer.- La cogió en brazos y la sentó en una de las piedras del templo druida. Le subió el vestido hasta la cintura y le quitó la ropa interior. Se puso de rodillas enfrente de ella y comenzó a atacarle con la lengua, tal y como había hecho ella hacía unos minutos.

- Oh! Ian....no....no me refería a esto....- sólo quería sentirlo dentro de mí, debería explicarme mejor...

- Lo se, preciosa... todo a su tiempo. Ahora quiero darte lo mismo que tu me has dado.. para que sientas lo bueno que es.- Le decía, mientras enterraba su boca en sus pliegues y lamía sus jugos.- Estás tan mojada, Aileen... tan excitada.- Se puso de pie, despues de atromentarla un rato más, sin dejar que llegara al orgasmo y se acercó a ella, situando su hinchada protuberancia en la entrada a su cavidad. Poco a poco, empezo a empujar dentro de ella, lentamente, suavemente, hasta que estuvo enterrado hasta la empuñadura. - Oh... tan caliente, tan suave... eres perfecta, amor.

Le abracé por los hombros y comencé a moverme, necesitaba sentirle profundamente, necesitaba que se moviese conmigo, jadeaba cerca de su oído, siempre era tan especial....

Pasó las manos por su espalda y le agarró las nalgas, para acompañar sus embestidas, que aumentaban de ritmo a medida que aumentaba el deseo, el placer, el ansia de la liberación. Estaba a punto de culminar, podía notarlo en ella, se estremecía como una serpiente y jadeaba cada vez con más intensidad. El no estaba mucho mejor, ver su cara de placer le provocaba a el acercarse temerosamente a los límites del orgasmo. Las embestidas eran cada vez más rápidas y sus gemidos cada vez más altos.

Ya no pude aguantar más y estallé en mil espasmos gritando su nombre sin miedo a que alguien pudiese oirme, sabía que no habría nadie alrededor, jadeé hasta intentar encontrar el ritmo de mi respiración y le abrazaba fuertemente para que no se separase de mí, aún.

Sintió cuando ella cuminó, sus estremecimientos y espasmos de placer que le presionaban su ya apretada cavidad. No lo aguantaba más, no duraría más... era... era demasiado bueno. Con un ronco grito, culminó su orgasmo, llego al extasis absoluto, mientras derramab su semilla en ella. - Oh dios mio, aileen... esto es tan bueno.. cada vez es mejor, amor.- Le dijo sin salir de ella y dandole dulces besos por toda la cara.

- Ian....pensé....pensé que iríamos má despacio. - esto no era empezar de cero, era ir directos al infinito.

La miró. - Lo siento, pequeña... pero no he podido resistirme... te deseo tanto... Perdoname. Intentaré controlarme de ahora en adelante, de acuerdo?.- Le dijo, algo avergonzado.

- Creo que no deberíamos quedarnos a solas...es lo único que podemos hacer juntos? - dije entristecida de que fuese verdad.

- No cariño, no pienses eso. Podemos hacer muchas otras cosas juntos. Déjame demostrástelo, por favor.- Cogió una margarita del suelo y se la puso en el pelo. - Eres tan bella como una flor... y no puedo resistir el tocarte. Pero te prometo que me contendré... que haremos otras cosas para divertirnos... por favor.- Se quedó pensativo. -Mañana podríamos acercarnos al pueblo... si quieres. Hay un mercado donde tienen muchas cosas. Te apetece?

- Sí, me apetecería ver un mercado, es grande? qué tiene? - la idea me había entusiasmado, eso sería algo completamente distinto y yo necesitaba variedad, siemrpre había sido así.

- Uy pues tienen un montón de cosas. Telas, comidas, joyas... estoy seguro de que te encantará. Eso es un sí?? Me darás una oportunidad??? Prometo no tocarte, te doy mi palabra.- Le dijo, poniendose solemne y levantando una mano.