Casa de Aileen (Valle Kilmartin - Clan McCallum)

Notó como ella liberaba su miembro que se erguía libre, preparado para tomarla. - Así cariño, no pienses en nada... no pienses en nadie más... para mi sólo existes tú.- Le subió el vestido hasta la cintura y la alzó en sus brazos, depositándola suavemente sobre su protuberancia erguida, penetrandola poco a poco. La sujetaba mientras se iba introduciendo en ella suavemente, hasta que estaba todo el dentro de ella, toda la longitud de sus miembro rodeado por su cuerpo... por sus ardientes pliegues. Era algo mágico. - Ahora muevete para mi, Aileen... voy a hacer que el caballo trote... eso te ayudará.

Se deslizó fácilmente dentro de mí y pude sentirle completamente duro y caliente, sus palabras me encendían aún más y entonces empecé a moverme lentamente, el trote del caballo me ayudaba bastante tal y como Ian había asegurado, no podía creer lo que estábamos haciendo....encima del caballo...jamás lo hubiese creído pero en ese momento no pensaba en nada más. Agarré su cabeza con mis manos y junté mi frente con la suya mientras me movía por toda su longitud hasta tenerlo completamente dentro de mí, volvía a levantarme y a descender una y otra vez, jadendo de placer.

Apenas podía hablar, el placer era mucho mayor del que había esperado. Había hecho esto un par de veces, pero nunca le había producido la sensación que tenía ahora con ella. Ella era única, era como si fuera su primera vez... la primera vez que sentía algo parecido. - Así cariño... así, trota con el caballo... despacio. Ahora voy a espolear al caballo amor... tendrás que moverte más duro para mi... estas lista?

- No....estoy....segura....de poder. - y realmente no sabía si podría hacerlo, era demasiado complicado, tenía que hacer demasiada fuerza con las piernas para sujetarme en el caballo y poder moverme a su ritmo, pero el placer era indescriptible, cómo se le ocurrían estas cosas? era mucho más placentero y se sentía mejor que las demás veces.

- Sujetate a mi, preciosa... no temas no te dejaré caer.- Le dijo justo en el momento en que espoleaba al caballo para que galopara. El caballo echo al galope, en una carrera frenetica, con los cuerpos entrelazados y hundido en ella hasta el fondo. Era el paraiso. -Muevete cariño... acompaña al caballo. Quiero terminar así... mientras el caballlo galopa rapidamente.

Debíamos estar a punto de llegar al castillo...y si alguien nos veía....me moriría de vergüenza pero el ritmo del caballo me obligó a seguirle y comencé a moverme más rápidamente gimiendo y jadeando cerca de su oído hasta que noté como el placer ascendía desde mi centro por mi vientre y explotaba en mil sensaciones que recorrían todo mi cuerpo acompañado por los espasmos que produjeron el que debía ser el mejor clímax del mundo.

- Ohhh... siiii!!!.- Gritó, mientras se vencía dentro de ella. Era sublime, maravilloso. Más de lo que nunca hubiera imaginado. Detuvo al caballo, para que los dos se tranquilizaran y pudieran recomponerse antes de volver al castillo. Se quedó mirándola, sin salir de ella, completamente extasiado por el placer que había sentido. -Esto ha sido... ha sido... no tengo palabras, amor... eres maravillosa.- Le dijo, mientras la abrazaba fuertemente.

Intentaba recuperar el aliento abrazada a Ian.

- No, no soy maravillosa, todo esto ha sido por tí. - conseguí decirle aunque no sabía cómo había sido capaz.

- Si cariño, si eres maravillosa. Guardatelo en esa dura cabecita que tienes. Eres lo más maravilloso que me ha pasado en la vida... y no dejaré que te marches de mi lado. Pero Aileen... te juro que si alguna vez me traicionas... no se de que sería capaz.

- Por qué siempre tienes que estropearlo con lo mismo? - coloqué mi ropa y bajé del caballo enfadada, miré hacia atrás. - deja de recordarme que no confías en mí, es bastante duro escucharlo cuando acabamos de compartir este momento. - seguí caminando, ahora no me apetecía montar con él.

Lo había vuelto a estropear. Pero como podía ser tan tonto? Apenas hace un minuto estaba viviendo la experiencia mas maravillosa de su vida y ahora... ahora la había estropeado... por no saber callarse. Bajó del caballo y la abrazó por detrás.

- Perdoname, preciosa... he sido un tonto. Se que no debería haberte dicho eso. Se que no me traicionarás... cofío en tí, pequeña, de verdad. Perdoname por favor.- Apoyó la cabeza en su espalda, con un gesto de derrota.

- Si de verdad confías en mí no vuelvas a decirme lo contrario sabes que es lo que más me duele, te lo dije antes de ir a mi casa y has vuelto a decírmelo. - me di la vuelta para mirarle. - pero te perdono, cómo no voy a perdonarte? - intenté sonreírle aunque me habían dolido mucho sus palabras.

- Te prometo que no volveré a decirtelo, preciosa... te lo prometo.- Le dijo mientras se ponía de rodillas frente a ella y le besaba el dorso de las manos. - Nunca más.. nunca volveré a desconfiar de tí.

- Porfavor Ian levántate, te creo, sé que no volverás a decírmelo. - quería creerlo de verdad, de todas formas sería algo que vería con el tiempo. - pero levántate y volvamos a tu casa, todos deben estar preocupados ya es muy tarde y la cena se enfriará, no quiero imaginar la bronca que nos echará Wendy. -

- Si, Wendy se enfadará... pero... realmente importa?.- Le dijo co una sonrisa cínica mientras se incorporaba. - Vamos, subamos al caballo.

Le seguí hasta el caballo y subimos a él sin decir nada más. A mí sí me importaba que Wendy se enfadara o no, era suficientemente malo para mí tener que tratar con ella sin hacerle nada como para enfrentarla enfadada por algo que seguramente me culparía a mí aunque no tuviese razón.

Galopando, llegaron por fin al castillo. Ya era de noche y Wendy y Windham debían de haber cenado hacía rato. Entraron por la puerta de la cocina e Ian se acercó a las ollas, a ver si quedaba algo de comida.

- Creo que Wendy nos ha dejado un poco de estofado. Sientate mientras lo caliento.

- Menos mal que no está para echarnos la bronca. - sonreí. - pero sabía que yo me quedaría aquí esta noche también. - me extrañaba mucho que hubiese dejado cena para mí, quizás sólo la dejó para Ian pensando que volvería solo.

- Quizás deberíais dejar de hablar de mi como si yo no estuviera. Aparta, Ian, yo calentaré la comida. Bienvenida de nuevo Aileen.- Le dijo, mostrando su mejor sonrisa.



Ian se encogió de hombros y se sentó junto a Aileen. Se acercó a su oido y le susurró: - Ves? Te dije que tarde o temprano se acostumbraría.

Yo no estaba tan segura de eso y me estremecí al darme cuenta de que me había escuchado hablar de ella, debía ser más cuidadosa.

- Quieres que te ayude? - le pregunté a Wendy intentando acercarme a ella.

- No te preocupes. Estarás cansada del viaje. Deja que yo me encargue de todo. Como hgo siempre..- Le dijo, sin desvanecerse en ingún momento la sonrisa de su rostro.



- Dejala, Aileen... a ella le encanta cuidarnos como si fuera nuestra mamá.- Le dijo, divertido.

Volví a sentarme al lado de Ian, qué era lo que pretendía Wendy? por que estaba claro que pretendía algo, aunque yo aún no era capaz de saber que.

- Como queráis. - me resigné.

Wendy terminó de calentar la cena y les sirvió dos platos.

- Aquí tenéis. Subiré tus cosas arriba Aileen. Cuando terminéis dejad los platos. Yo los recogeré.- Les dijo, y se marchó escaleras arriba con la mochila de Aileen.



- En el fondo es buena chica. Ya verás como os hacéis buenas amigas.

No me hizo ni pizca de gracia que se llevase mi mochila y así se lo hice saber a Ian.

- No me gusta que se haya llevado mi mochila sin permiso. - sabía que él la defendería pero quería que quedase claro, no quería ninguna sorpresa luego aunque imaginé que la tendría y no sería agradable.

- Bueno... ella solo quería ayudar. Dale una oportunidad, Aileen. Se que ha sido poco amable contigo, pero está intentando enmendarse.