Casa de Pansy - (Monte Volcum - Clan Puño de Hierro)

- Como Gandalf? Viejo y con barba?.- Hizo una mueca.- No, definitivamente no... prefiero ser un mago objeto.- Le dijo, sin dejar de sonreir.

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- Oh, vamos Lily, es genial. Además, mi hermanito se ha echado novia, sabes? Bueno... hasta que se la quite, claro...- Escucho al teléfono.- Entonces eso es un si? Bravo! Te encantará. Ya veras.- Y colgó el teléfono.

-Jajajaj! Pero por qué solo te fijas en la apriencia? Gandalf es el más sabio y poderoso de los magos de la Tierra Media. Pero si quieres ser mago objeto...-Dije con una sonrisa ancha, era imposible no hacerlo- No te pondré ninguna pega

- Bien, pues entonces ese es mi sueño.- Le dijo mientras se acercaba a abrazarla. - Sere tu mago objeto, y principal proveedor de chocolate mágico.

Le devolví instintivamente el abrazo aunque no debería así que lo aparté en seguida.

-Esto será mejor que entremos ya- Dije sin mirarle y fui hacia la casa. O me ponia en serio o jamás lograría nada. Pero es que claro, como iba a hacer algo si realmente queria tenerlo conmigo?

- Pero Pansy... aun queda tiempo... no deberíamos entrenar un poco más?.- Le dijo, desde el jardín.

-Eemmm, si ahroa salgo sigue tu voy a beber un poco de agua- Entré en la cocina donde estaba Siro hablando. Me apoyé en el quicio y lo miré.

- Querías algo?.- Le dijo a Pansy, según terminó de colgar el teléfono.

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Consiguió hacer una gran bola de agua, del tamaño de su cabeza. Era todo un logro. Seguro que Pansy estaría orgullosa de él. Bien, ahor venía la modificación al truco.... esta vez dejaría a todos impresionados.

-Pues si, quería saber si al final habiamos hecho el trato o no pero ahrao en serio. Y otra cosa deja de picarle por favor.

- Veo que estás muy decidida a hundir a mi hermano en la miseria. Quizás despues de todo, su peor enemigo no sea yo.- Dijo, con una sonrisa maliciosa.

-Precisamente no quiero hundirlo. Si se queda conmigo aquí no conocerá nada, no logrará nada. Sin embargo si sigue el camino de la magia...Podrá conseguirlo todo. Es algo que debo hacer por él, pero claro quizás tu no entiendas lo que es hacer algo por alguien.

La miró pensativo. - Bueno, quizá para mi hermano la magia no lo es todo, no? En cambio lo que tu consideras nada... puede ser que para el signifique todo.- Volvió a quedarse pensativo. - Pero volvamos a lo nuestro.- Dijo, sacudiendo la cabeza. -Quizá no haga falta que hagas nada... aunque si aun así insistes... ya sabes que yo me dejo.

-¿Sabes? Creo que tienes razón- Me incorporé- Si de verdad quiere quedarse que lo haga. Ya abrirá los ojos...Gracias de todos modos- Le dije con una sonrisa y salí para ver como practicaba.

Acababa de terminar el ejercicio. Esta vez le había salido bastante bien. Estaba orgulloso de si mismo. Esperaba sorprender a Pansy en el concurso. Miró hacia la casa y la vio acercarse a él. - Sabes? Me ha salido una bola de agua inmensa... creo que ya domino la técnica!.- Dijo, entusiasmado.

-¿En serio?-Pregunté incrédula- Nadie antes lo había logrado en tan poco tiempo. ¿Me la muestras?-Le dije sonriente y poniendome a su lado.

- Mira.- Le dijo, y comenzó a concentrarse en formar una gran bola de agua. De pronto, se sobresaltó y la bola se deshizo. -Lily?



- Hola Jensen.- Dijo mientras se acercaba a la casa. -Me alegro de volver a verte.



- Como... que... que haces aquí?.- Preguntó, sorprendido.



- Siro me llamó, me dijo que estabas aquí, y que te alegrarías de verme.- Le dijo, sonriendo.



- Lily!!.- Gritó, saliendo de dentro de la casa. -Pequeña, me alegro de que hayas venido. Pansy, te presento a Lily, una buena amiga mia... y de Jensen.

-Encantada- Le dije "intentando" sonreir aunque realmente no me salía del todo bien-Así que tu también eres bruja?

Lily miró a Pansy de arriba a abajo antes de contestarle. - Si, claro... y tu "que" eres?

La miré pensativa. Después sonreí.

-Bueno soy una druida. La más friki y rarita de todas las druidas y singstar lover- Solté una carcajada- Bueno y qué te trae por mi hogar?

Intentaba disimular el hecho de que en realidad me hacía más bien poca gracia de que ella estuviera aquí. ¡Dios mio! Era preciosa!