Casa de Aileen (Valle Kilmartin - Clan McCallum)

- Me parece bien, un paseo nos vendrá bien, pero no nos alejemos demasiado de la casa vale? -

- Claro que no. Vamos, te enseñaré los alrededores del castillo.- Le tendió la mano para que se la cogiese y echaron a andar hacia la puerta del castillo.

Estuvimos paseando bastante tiempo por los alrededores del castillo, tenía unas vistas preciosas a las montañas y grandes valles verdes, el sol comenzaba a apretar en lo alto del cielo y vi un pequeño arroyo que corría cerca del castillo, la sombra de un árbol invitaba a descansar, miré a Ian y le sonreí.

- Podemos sentarnos ahí? - señalé el árbol. - estoy un poco cansada y parece que ahí se estará muy bien, con el arroyo al lado, es muy bonito no te parece? - me hacía mucha ilusión sentarme en la hierba debajo del árbol y con el sonido del arroyo corriendo de fondo, junto a Ian.

- Claro, precioa. Nos sentaremos un rato.- La acompañó cerca del arbol y los dos se sentaron, él apoyó su espalda contra la corteza del arbol e inclinó a Aileen sobre su regazo, para que se apoyara en él. - Es bonito, verdad?

- Sí, vives en un lugar privilegiado, rodeado de montañas y valles, es precioso, pero me gusta mucho más si estoy contigo. - sonreí.

- Este paisaje es mucho más bello contigo aquí..- Le contestó, y le dió un dulce beso en la boca. - Aileen... me haces desearte a cada minuto. Con solo mirarte. Eres una bruja maliciosa.- Le dijo, sonrente.

Me incorporé y le sonreí, después me senté a horcajadas sobre él y puse mis manos en sus hombros.

- No soy ninguna bruja, aunque supongo que solo me falta la verruga en la nariz, el resto ya lo tengo, seguro que has estado con mujeres mucho más lindas que yo, Wendy es una prueba de ello. - no podía evitar sacar el tema de sus conquistas.

- Nadie es más linda que tú, Aileen... nadie. Tu eres preciosa.- Le dijo, alzándose y rodeándola con los brazos. - Preciosa.- y mia... pensó. Eres mia. Comenzó a acariciarle la espalda, mientras volvía a besarla.- Me encanta tocarte, podría pasarme la vida haciéndolo.

- Pues no dejes de hacerlo Ian, porque a mí me encanta que me acaricies, me vuelve loca y haces que no sea capaz de pensar en nada más. - como en ese momento en el que sólo acariciaba mi espalda, miles de escalofríos me recorrían, cómo podía despertar esos sentimientos tan fuertes en mí con sólo una caricia?

- Pero me gusta mucho más acariciarte sin toda esta ropa.- Le dijo, mientras le desabrochaba el vestido y la dejaba desnuda de cintura para arriba. Luego volvió a acariciarle la espalda. -Así está mucho mejor, mucho más suave.

Sus palabras conseguían que mi estómago revolotease y sus caricias me hacían arder, sentía un cosquilleo en la zona baja de mi vientre y una necesidad creciente de que acariciase todo mi cuerpo, pero estábamos en medio del campo, cerca del castillo.

- Ian....estamos....alguien podría vernos....nada nos cubre...ni..nos protege. - no podía pensar con claridad y no podía articular las palabras.

Cierto voy a ir a interrumpiros que ya está bien! XDD Vosotros ahi y el pobrecito de Kirk maltrecho en la cama...Creo que voy a ir a consolarlo...xDD

Jajajajaja, déjame disfrutar al menos con este que lo que es con Dean....me puedo morir, jajajaja

- No te preocupes, Aileen... nadie viene por aquí. Nadie nos verá... relajaté.- Le dijo, mientras empezaba a juguetear con las puntas de suspechos... dulcemente erguidas y le daba tiernos besos en la boca.

Cuando me acariciaba y me besaba dejaba de pensar en todo pero me sentía nerviosa, estábamos al descubierto en un sitito en el que podría pasar cualquiera y no podía evitar mirar a todos lados, por si alguien se acercaba.

- Ian...por favor. - quería decirle que parase pero por otro lado deseaba que siguiese, era tan contradictorio...-

- Por favor, que... nena? quieres que pare?.- Bajó su cabeza a la altura de sus pechos y le empezó a dar pequeños toques con la punta de la lengua.

- Sí....no....no lo sé, esto....esto no está bien.... - también pensaba en Kirk, él estaba en la cama, había estado muy grave, por qué no estábamos con él? no me parecía bien estar disfrutando cuando él lo había pasado tan mal.

- De verdad piensas que no está bien?.- Hundió su boca en uno de sus pechos y succionó la erguida punta. - A mi me parece estupendo. Delicioso.- Le dijo mientras seguía acariciando con sus manos y su lengua sus erguidos pezones.

- Sí, es...es maravilloso...pero - no podía hablar, las palabras se quedaban en mi garganta y no eran capaces de salir sólo por lo que Ian me estaba haciendo y sólo pude acariciar su espalda y acercarle más a mí.

- Eso es, preciosa... acercate a mi. Me encanta sentir mi cuerpo junto al tuyo.- Mientras le decia esto, una de sus manos subía por su pierna, por debajo de la falda, hasta alcanzar los rizos que descansaban entre ellas.

Mis oídos hacía rato que dejaron de escuchar el sonido del agua y de los pájaros para centrarse sólo en la agitada respiración de Ian, incliné la cabeza hacia atrás sintiendo mejor sus caricias y mis manos se deslizaron por su torso y su abdomen, me encantaba acariciarle, sentirle cerca de mí y sentir como sus músculos se contraían por acariciarme, no quería hablar más, para qué? sobraban todas las palabras, sólo servían sus caricias y sus besos, sólo me importaba eso ahora.

- Eso es, cariño, relajaté.- Se deslizó un poco para quedarse semi recostado contra el tronco del arbol y la sentó a horacajadas sobre él, levantando su falda para notar el contacto de su carne desnuda contra la de él. Se desabrochó los pantalones y la punta de su miembro salió despedida, encantada de liberarse. Siguió succionando y acariciando sus pechos mientras colocaba su hinchada protuberancia contra su abertura y penetraba en ella, despacio, lentamente.

- Ian....ten piedad de mí.... - esto era más que deseo, no sabía por qué pero siempre que me acariciaba crecía dentro de mí una enorme necesidad de tenerlo, de sentirlo y si esto seguía así no podría tenerle a mi lado sin querer tocarle, besarle y desnudarle.

Jajajaja! Venga ya Aileen! Asi es mucho más divertido! Oye que yo hace también la tira que no tengo ninguna escenita con Sam...

- Shhh... calla, preciosa... sólo relájate.- Siguió empujando dentro de ella hasta enterrarse a fondo en su calida cavidad y sintió un estremecimiento de placer. Era tan ardiente, estaba tan preparada para él. La cogió de las caderas y la ayudó a acompañar con ellas sus cada vez más rápidas embestidas.