HISTORIAS OFF-TOPIC

Apartó la pistola y la miró

-¿Sabes? encuentro a pocos como tu, pero te diré que estás en Nueva York, y no es precisamente donde deberías estar. Deberías solucionar aquello que te dejaste inacabado y así poder ser libre...

De repente alguien entró por la puerta de atrás



-Ohhh, ¿pero qué tenemos aquí? Es un fantasma de verdad?- Preguntó divertido



-Sí, pero es de los buenos, solo necesita encontrar aquello que dejó inacabado...



-Sinceramente, dudo que sea un espiritu- La miró amenazador- Vuelve a tu mundo druida y hazlo pronto porque como tardes mucho más no podrás regresar...



-¿Druida? ¿De qué estás hablando? Ellos se extinguieron hace mucho tiempo...-Observó al espectro de Aileen detenidamente- No sé, tu cara me suena...



-O te vas, o me encargo yo de que te vayas.

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Estaba harta ya de dar vueltas, así no conseguiría nada así que me paré a descansar.Miré hacia las estrellas, eran preciosas, ¿qué le habría pasado a Sam? Y a dean? No deberías haber aceptado la misión, pero después de lo que pasó...

Pasaron unos cuantos minutos, las lagrimas corrían por mi rostro. Debía ser fuerte, pero los había traicionado a todos, no había sido capaz de hacer nada. Pero al menos salvaría a Sam y a Dean y los dejaría en paz a todos.

Me puse en la posición de loto y empecé a recitar. Era el momento de coger el toro por los cuernos.


Invoco a la diosa luna,
que desde los cielos me observa.
Necesito ayuda de ahí que te invoque
Ayudame a encontrar a quien he perdido
mi corazón suspira, mis ojos se apagan
si no tengo a mi lado a aquel a quien amo.

Un resplandor de luz bajó de los cielos iluminando el claro. Me mostraba a Sam con esa mujer. Ellos no podían verme. al parecer había abierto una especie de puerta. Tenía que ser valiente y cruzarla aunque lo que viera me partiera el corazón.

Nueva york....está en Nueva York

Miré al recién llegado con el ceño fruncido y después dediqué mi atención a Dean.

- Claro que te suena mi cara, soy Aileen, una druida, vivo en el valle Kilmartin en la isla Druiland, he conseguido dominar el poder de bilocación sólo para encontrarte y es por eso por lo que mi otro yo está aquí y por lo que me ves así, pero no porque sea un fantasma, tú y tu hermano Sam vivís con Dianica en el monte Volcum, ella es otra druida, estábamos en una misión, buscando unas reliquias, yo perdí mis poderes y gracias a un sacrificio tuyo los recuperé, es por algo de esto que no me recuerdas? - me acerqué a él, mis ojos se humedecieron por las lágrimas, quería acariciarle, sabía que no podía y quizás por eso el recién llegado no me lo prohibió. Subí mi mano hasta su mejilla y la dejé allí sin poder tocarlo como me gustaría. - tengo algo importante que decirte, pero no lo haré ahora, no si no me recuerdas porque entonces para tí no será importante y eso me rompería el corazón. - agaché la vista y volví a mirarlo un momento después. - Vuelve conmigo Dean, porfavor. - aún con lágrimas en los ojos.

De pronto noté como si algo tirase de mí y me alejase de Dean, yo no quería marcharme, pero esta fuerza era mayor que la mía y ahora todo estaba osucro, sentí como me zarandeaban y abrí los ojos, encontré a Wend arrodillado justo en frente de mí con cara de preocupación.



- Aileen, mi amor, que susto me has dado. - dijo mientras me abrazaba. - pensé que te ocurría algo. - se apartó de mí y comenzó a besar toda mi cara con nerviosismo para detenerse en mis labios y besarlos dulcemente. Yo reaccioné enseguida.



- ¿Qué haces Wend? - la lágrimas comenzaron a brotar. - estaba con Dean, le he encontrado, está en Nueva York y no me reconoce. - las lágrimas ya se derramaban sin control, y mi corazón me dolía como nunca pensé que podría hacerlo.
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Enrin estaba llegando a su tercer orgasmo con Sam justo debajo de ella, él tenía sus pupilas muy dilatadas y se le veía cansado, ella había conseguido disfrutar tres veces y sin embargo él no había terminado ni una sola vez, estaba duro, para poder darle placer a ella, pero él no podía entender como conseguía estar así y no terminar, además ella no la atraía o al menos no como él creía que debía atraerle, no lo estaba disfrutando aunque ella tenía un buen cuerpo y podía acariciarla a placer.



- Permitiré que termines mi amor, yo también estoy agotada y esta noche te has portado muy bien. -

Entonces era eso, ella no le dejaba terminar....y seguro que era ella la que lo ponía duro de alguna forma no natural, porque si fuese libre como creía que podía ser, seguro que nunca se hubiese sentido atraído por alguien como ella, y mucho menos hubiese llegador a exicitarse. En ese momento ella se acercó a su cuello y le mordió, así el pudo terminar y llegar al único orgasmo que consiguió liberarlo de esa tortura y poder descansar, su miembro le dolía como si estuviese en carne viva.



- Gracias, señora. - sólo por no haber seguido haciéndole de sufrir.



- No tienes que agradecérmelo, cariño, más tarde volveré. - ella se desvaneció y él suspiró, deseando poder descansar ya que no creía que fuese posible poder escapar de allí. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño.

Wend me miró Ha conseguido descubrir donde está Dean...cómo lo habrá hecho?

- Bueno tranquilízate creo que la mejor forma de ayudar a Dean es encontrar las reliquias y usarlas para devolverle la memoria, pero dime ¿cómo le has encontrado? - se retiró un poco de mí y volvió a sentarse en frente, en la pequeña barca, aún estábamos en medio del océano.



- Gracias a un poder que tenía y que hasta ahora no había utilizado, la bilocación, fue sin proponérmelo, estaba pensando en Dean y de repente me encontre justo delante suyo, hablamos poco porque un hombre al que no conozco se presentó y me oredenó que me marchase, creo que no quería que Dean recordase nada de su pasado y tú me hiciste volver. - me quedé pensativa. - ¿crees que con las reliquias podré ayudar a Dean? -



- No lo sé pero querrás intentarlo, o me equivoco? -



Wend parecía dolido, creo que sabía cual sería mi respuesta y no le gustaba.

- No, no te equivocas. Entonces volvamos a por la reliquia, hacia dónde tenemos que ir? -



- Vamos en la dirección correcta. - y cogió los remos para continuar el trayecto.



Le miré incrédula y de pronto todo comenzó a encajar en mi cabeza y me puse furiosa, me habían engañado....

- Quieres decir que todo este tiempo hemos ido a por la reliquia y no a por Dean? que me habéis engañado? Tú y Dianica? no puedo creérmelo y mucho menos de ella. - estaba realmente muy furiosa.



- No la juzgues, ella quiere a Dean, es su amigo pero fue más sensata y pensó como yo que la única forma de salvarle sería encontrado las tres reliquias y sabía que tú no aceptarías ir si te decíamos que no íbamos a buscar a Dean, además no sabíamos donde estaba, cómo puedes buscar a alguien del que no tienes una pista de su paradero? por dónde empezaríamos? -



Sabía que tenía razón, podía entender a Dianica, para ella seguro que fue muy difícil tomar esa decisión, Dean era su amigo y yo sabía que ella no le abandonaría pero Wend....sus motivos podían se muy diferentes y totalmente egoístas y ahora estaba sola con él, sin saber hacia donde me llevaba, tenía que aparentar tranquilidad, a él le convenía encontrar las reliquias así que seguramente iríamos en su busca, bien, eso era lo que yo quería ahora.

- Bien, confío en Dianica y sé que hablaremos de esto cuando todo acabe, con respecto a tí, no creo que tu motivo fuese encontrar a Dean, ya que no os soportáis pero necesito confiar en tí, así que ahora no tengo más remedio que hacerlo pero quiero que sepas una cosa, cuando termine todo esto renuncio a seguir siendo una druida, no quiero poner a nadie más en peligro, si consigo salvar a Dean y él quiere me gustaría vivir tranquilamente con él y si no consigo salvarle de todas formas no me importará nada más sin él, ni mis poderes, ni mi vida ni el mundo entero así que si el mundo tiene que irse al infierno por negarme a ser druida por mí que se vaya, sin Dean no me importa nada. - lo dije completamente en serio, no quería llorar porque mi decisión estaba tomada y en ella no entraba Wend aunque no pudiese volver con Dean, creo que eso le quedó bastante claro aunque comenzó a replicar pero antes de que pudiese decirme algo una extraña niebla nos envolvió y aunque sabía que estaba frente a mí, ya no pude ver a Wend. - ¿Qué es esto? Wend me oyes? -



- Estoy justo enfrente de tí, creo que hemos conseguido pasar a la otra dimensión, en La Dimensión Espectral, donde encontraremos la última reliquia, el anillo espectral. - dijo mientras se sentaba a mi lado en la barca.

- No te lo iba a pedir... no tengo ganas de hacer el amor ahora... solo quería sentirte a mi lado. Pero no te preocupes... ya te he dicho antes que te entiendo... yo me doy asco a mi misma, así que entiendo que no quieras ni acercarte.- Me quedé pensativa un momento. -No voy a volver allí, Xeric... no puedo soportarlo.

- Tienes que hacerlo, al menos hasta que encontremos las tres reliquias, no puedes morir Kassandra, Dianica y Aileen también te necesitan, esta misión no terminará sin 3 druidas y ellas sólo son dos. - se acercó hasta la bañera. - dije que no te dejaría morir aunque eso signifique herir mi orgullo de hombre y tú tampoco vas a dejarte morir, porfavor. - era más fácil decirlo que hacerlo, si hubiese pensado en esas palabras jamás se las hubiese dicho, pero sabía que su vida estaba en peligro y eso era más importante que su ego dañado, aunque no pudiese estar nunca más con ella después de todo esto.

- Y para qué? Xeric? Ellas pueden buscar a otra Druida que les acompañe en el hechizo... y yo... yo no puedo pasar otra vez por esto... para después saber que tú no eres capaz de perdonarme.

- Yo no he dicho que no sea capaz de perdonarte, es pronto Kassandra, dame tiempo porfavor, lo necesito. -

- Pero yo no tengo tiempo, Xeric... no puedo hacer esto sin ti... sin saber que tengo tu apoyo. Como crees que puedo hacer esto sabiendo que tú ni siquiera eres capaz de tocarme ahora mismo?

- Si no te apoyase no estaría aquí contigo, eso no quiere decir que no me duela y que por ese motivo no pueda tocarte, ahora no pero....quizás con el tiempo si puedes esperar.... -

- Está bien, Xeric... esperaré... sólo rezo porque Aileen y Dianica lleguen con la 3ª reliquia y yo no tenga que ver más a Gal.- Saqué una mano del agua y la puse sobre su mejilla. - Y también rezo porque tu me perdones... porque si no no se lo que haría.

Su toque le calentaba, le hacía sentir el mismo deseo de siempre pero una imagen de Gal poseyéndola le hizo dar un respingo y alejarse de su contacto.

- Te esperaré fuera, tómate el tiempo que necesites. -

Salió del baño y se tumbó en la cama para esperarla, esa cama sí tenía su olor, el de ella y el de él.

Le vi marcharse y me entristecí. Otra vez me quedaba sola. Xeric ni siquiera aguantaba que le tocase. Apenas le importaban los motivos por los que lo había hecho, apenas le importaba que le hubiera liberado de su cautiverio... seguía sin poder tocarme... y quizás seguiría así para siempre. Podría aguantarlo??

Terminé de lavarme el cuerpo y el pelo y salí de la bañera. Me sequé con una toalla y salí de la habitación. Xeric estaba allí, tumbado en la cama.

- Xeric, me gustaría tumbarme... a tu lado... puedo?

Xeric se incorporó en la cama para mirarla, el corazón comenzó a martillearle cuando ella le hizo esa pregunta, sólo levaba la toalla....

- Sí, claro...es .... tu ...cama. - las palabras no salían con la fluidez que había esperado.

Me quité la toalla y me metí en la cama, desnuda. Esperaba que ahora que no olía ya a Gal por lo menos Xeric no huyera espantado de mi. Sólo quería que se quedase a mi lado.

Me acerqué sutilmente a él... para abrazarle. Esperaba que no me rechazase.

El estómago se le encogió ante su contacto, ya no olía a Gal, olía a frescor...pero las imágenes de los dos juntos no abandonaban su cabeza...se tensó cuando se acercó a él pero no se retiró, sabía que si lo hacía le haría daño a ella y no quería que eso volviese a ocurri así que se quedó en el sitio, rígido sin saber qué hacer.

- No deberías haberte quitado la toalla....Shiryu estará abajo esperándonos impaciente. -

- No me importa Shiryu... me importas tu... solo quiero estar contigo, Xeric. No sabes lo que he sufrido hasta conseguir llegar a encontrarte... no te lo imaginas.

Me acerqué a él y enterré mi cabeza en el hueco de su cuello. Necesitaba sentir su olor, su tacto. A diferencia de a él... él a mi no me daba asco.. procuraba no pensar en la escena que vi en el Olimpo... y aunque seguía apareciendo en mi cbeza. Eso no hacía que le deseara menos. Por que él no podía pensar así de mi?

Su respiración en el cuello le erizba la piel, sabía lo que ocurriría si seguía así pero no podía hacerlo, aún no, tampoco quería alejarse, no quería rechazarla otra vez sabía que eso le haría demasiado daño, se quedaría así un rato más, tampoco era tan complicado.

Me quedó bastante claro que no me deseaba. No hacía ni un solo movimiento... ni una reacción. Una lágrima brotó a mis ojos y cayó en la almohada. Siempre sería así a partir de ahora? Tendría que mendigarle que me diera un poco de cariño?

Me acerqué más a él y puse mi pierna por encima de la suya, haciendo que mi vientre tocara con sus caderas. Realmente no pretendía provocarlo, puesto que sabía que él no me deseaba. Tan solo quería tocarle con todo mi cuerpo... intentar calmar el ansia de él que tenía desde hacía tanto tiempo.

Estaba desnuda, con su cuerpo pegado al suyo, esa idea le atravesó la mente como un rayo y su contacto le hizo endurecerse al momento, era lago que sólo ella era capaz de despertar y que él no podía evitar, esa parte suya la deseaba y no atendía a razones. Su olor comenzó a impregnarle los sentidos y la cabeza.

- Kassandra..... - jadeó su nombre.

Noté como raccionaba por fin a mi contacto. Eso hizo despertar en mi la poca chispa de vida que me quedaba. Quizás aun tenía alguna esperanza.

Comencé a acarciarle el pecho suavemente y a tocar sus pequeños pezones con las yemas de mis dedos. Mientras movía un poco la pierna para rozar mi vientre contra su cadera

- Xeric... te... te deseo...

Sus palabras le asustaron, mucho, una cosa era estar abrazados, saber que ambos se deseaban, otra cosa era decirlo y hacerlo. Se incorporó en la cama alejándose lo suficiente de ella para no rozarse, era el momento de pararlo.

- No Kassandra, perdóname, no puedo, no me hagas rechazarte otra vez. -

Me quedé quieta, no quería ni mirarlo porque sabía que si lo hacía volvería a llorar. Lo había intentado... pero ni siquiera así había conseguido que me deseara.

- Ya lo has hecho, Xeric. No te preocupes... lo entiendo...

Me di la vuelta y me quedé hecha un ovillo, necesitaba dormir un rato... olvidarme de todo y de todos. Sentir que por fin estaba muerta, que era lo único que deseaba en aquel momento.

Quería llorar, jamás había tenido tantas ganas como en ese momento, ni cuando era un crío con 14 años y Hermes el padre de Peitho le había azotado en medio de una plaza pública humillándolo y golpeándolo hasta casi la muerte, ni si quiera ahí había llorado, sin embargo ahora....se levantó de la cama y fue al baño donde se encerró y dejó salir las lágrimas que escocían sus ojos, por qué tenía que pasarle esto?

Habrá ido a lavarse, pensé... seguramente estará asqueado porque le he tocado. Me levanté y me fui al otro baño, donde tenía una manopla de esas duras para la espalda. Comencé a frotarme el cuerpo con fuerza... porque no podía desprenderme de él... quería arrancarme la piel... quería quitarme el recuerdo de Gal... quizá si me frotaba con suficiente fuerza...

Oyó salir a Kassandra, se limpió los ojos aunque era claro lo que había estado haciendo, los tenía hinchados y rojos. Salió del baño y la buscó por la habitación sin encontrarla entonces oyó un ruído en el otro baño, se acercó y llamó a la puerta.

- Kassandra? estás ahí? te encuentras bien? -