Casa de Kassandra (Aldea Ost-In-Edhil - Elfos del bosque)

A sufrir viéndote, pensó.

- Quería saber si viste a mis padres, si hablastes con ellos. - no se alejó de ella, aunque sabía que sería lo mejor.

- Si, les vi y hablé con ellos, y también con tu encantadora mujercita. Mañana me asignará mis tareas en la biblioteca, temprano... oh, es tan dulce... tan buena... no me extraña que la quieras tanto, Eleher, sois tal para cual.- Dije, sarcástica.

- Estás siendo sarcástica. - afirmó.- mandé traer a Garady para que siga cuidándote, ya ves, no soy tan malo como creías, tú cuidas de mi querida esposa. - recalcó las dos últimas palabras. - y Garady cuida de tí. -

- Agradezco tu amabilidad, Eleher... eres tan bondadoso conmigo... .- Me acerqué más a él.- A que has venido realmente, Eleher?

Estuvo tentado de agarrarla y besarla ferozmente pero....recordó al feriante...y se retiró unos pasos de ella.

- Ya te lo he dicho, a preguntar, simplemente, qué esperabas? -

- Bien, pues ya has preguntado.- Le dije, sin apartarme de él, estaba casi rozándole... tan cerca que mi cuerpo emitia descargas... ansiab tocarle, besarle, decirle que le amaba y que olvidaramos todo esto. Pero no podía... no, el ya no me quería, si es que lo había hecho alguna vez... y me había encerrado, para hacerme daño. - Por cierto, le puedo pedir a Zesman que venga a visitarme aquí? supongo que las doncellas tendremos horarios de visitas, no?.- Lo había dicho aposta, para hacerle daño... aunque luego pense que era absurdo... sabía que le daba igual lo que hiciera, con tal de verme sufrir.

Su cara se desfiguró por la furia, agarró su muñeca con fuerza.

- Eres una..... - la soltó. - que descanses! - intentó sonar tranquilo, dio media vuelta y se marchó. Cómo podía hacerle esto? cómo podía restregárselo en la cara? realmente le había querido alguna vez? y si era así, cómo no recordaba los momentos que habían vivido juntos? cómo pudo engañarle cuando le dijo que jamás podría perdonar una infidelidad? No, no había salvación para lo suyo, estaba acabado, para siempre.

Había estado a punto de pegarme? Esto ya era lo último que me esperaba de él... estaba claro que nunca me había querido. Que sólo había sido un juguete para él... acaso tenía derecho a enfadarse por lo se Zesman cuando el se había estado acostando con Estefian incluso cuando aún estabamos juntos? Yo al menos lo hice despues de que el me dejara. O Dios... tenía que salir de esto... o terminaría muy mal.

Mi último post, me voy a la camita, hasta mañana!
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Entró en la habitación con una bandeja.

- Traigo la cena, había un millar de cosas, traje un poco de cada, para que pruebes de todo. - dijo sonriendo.

- Dejalo por ahí Garady. No tengo hambre.- Le dije sin levantarme de la cama. -Por favor, déjame sola... mañana hablaremos.- Le dije. No quería hablar, solo quería llorar, intentar dormir y despertar de esta pesadilla... descubrir que todo seguía como antes, que Eleher aún me amaba y que estabamos juntos... para siempre.

- Está bien, pero te lo dejaré todo aquí, debes comer algo. - dijo triste y la dejó sola en su habitación.

El día amaneció soleado, con una temperatura maravillosa, Estefian ya estaba en la biblioteca esperando a Kassandra. Eleher se había marchado temprano como todos los días.
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- Déjalo ya Zesma, debemos irnos, ella no va a venir. - le dijo su padre desde el carro donde ya habían montado todos sus enseres para marcharse a otra feria, esta ya había terminado.



- Un poco más padre, quizás venga ya. - aunque sabía que eso no iba a ocurrir, no quería perder la esperanza.



- No va a venir Zesman, y lo sabes así que vámonos porfavor, se nos hace tarde. - Zesman asintió con la cabeza y subió al carro, eran los últimos en marcharse de la ciudad....Era demasiado tarde y había sido demasiado bonito para ser verdad, le dio ilusiones para no volver a verle ni darle una simple explicación, acaso no se merecía ni eso? El carro se puso en marcha y pronto estuvieron lejos de la ciudad.

Me levanté temprano. Casi no había podido dormir en toda la noche, asaltada continuamente por pesadillas. Me lavé, me vestí y me dirigí a la biblioteca, armándome de valor para ver que tenía preparado la arpía para mi.

Llamé a la puerta y entré. Estefian estaba allí esperando. Me senté en un sillón, para escuchar lo que tenía que decirme. - Bien, tu dirás.

- En primer lugar, buenos días! por esto se caracteriza la gente de clase bien educada. En segundo lugar no me tutees, soy la princesa Estefian y así deberás llamarme, así o de vos. Y en tercer lugar.... - se levantó de la silla. - ven conmigo, vamos a la habitación de mi bebé. - se puso en camino y Kassandra la siguió. Llegaron a una enorme habitación, pintada y decorada para un bebé, en tonos blancos y verdes pistachos, con fenefas de dibujos, un minicuna con dosel, una gran cuna con cajones, de color blanco y armario enorme del mismo color y juguetes, mucho juguetes. Había también un sillón balancín, un sofá bajo junto a una ventana con cortinas de muñecos que dejaba entrar la luz del día raudales y una cómoda. Todo estaba lleno de ropitas, de todas las clases, vestiditos por si era niña, pantalones, petos, jerses, pijamas, calcetines, etc. Las cunas, las cómodas, un parque de juegos, el sofá...todó estaba lleno de ropa. - ahora necesito que ordenes todo esto y lo guardes en la cómoda y el armario, selecciona y separa la ropa, la que sea de vestir, de diario y de dormir, yo te estaré viendo en el sofá, estoy agotada. - dijo sujetando su tripa como si pesase más de lo que era en realidad y se sentó en el sofá después de hacerse un hueco entre la ropa y dedicándole una sonrisa a Kassandra.

Sin dirigirle ni siquiera una mirada, me puse a hacer lo que me había dicho. Estaba agotada... apenas había dormido y llevaba sin comer nada desde el día anterior... bueno, y qué si enfermaba? Seguramente a nadie le importaría. Recogí toda la ropa y la coloqué como me había dicho, mientras ella me miraba con una mueca de satisfacción. Terminé en un par de horas. Exhausta. -Desea algo más su excelencia?.- Le dije, sarcástica.

- Has desayunado Kassandra? te ves cansada y eso no debería ocurrirte, aún eres muy joven para verte tan mal... - le dijo sarcásticamente. - vamos iré contigo a la cocina para que desayunes y después pasearemos por los jardines, hace un día magnífico no te parece? - le dijo sonriendo.

- Si, magnífico.- La seguí a la cocina y desayuné con ella, sin ganas. No intercambiamos ni una sola palabra ni desayunando ni cuando salimos a pasear. Por qué quería pasear conmigo?? Yo sabía que no le agradaba, igual que ella no me gustaba a mi... que tenía en mente esta víbora?

- Oh! - dijo dando un saltito. - sabes lo que me apetece mucho ahora mismo? - sonrió. - qué te parece si vamos a ver a los hombres de luchar, es un magnífico espectáculo, te gustaría? ahora mismo deben estar entrenando. -

- Si claro, como desee su excelencia.- Le dije, sin sonreir. La seguí de nuevo sin hablar hasta el campo de entrenamiento. Sabía que me estaba preparando algo, pero seguramente no podría hacer nada contra ello, así que lo único que podía hacer era estar preparada para cualquier tipo de humillación pública.

Eleher luchaba contra tres de sus hombres, se defendía bastante bien con la espada, los cuatros estaban desnudos de cintura para arriba, marcando cada músculo de sus perfectos cuerpos y sudorosos, no se dieron cuenta de que tenían visita y siguieron con su entrenamiento, moviéndose elegantemente.



- No te parecen maravillosos? aunque he de decir que mi eposo es el más hábil con la espada y el que mejor se mueve, no crees? - dijo mirándola de reojo, después volvió a mirar a Eleher. - aunque se mueve mucho mejor en la cama verdad? - la última pregunta la hizo casi en un susurro.

Evidentemente, no iba a contestar a esa pregunta. Ella sabía tan bien como yo quien era. Así que no merecía la pena negarlo. Me quedé observando como entrenaban. Me dolía decirlo, pero Estefian tenía razón, Eleher era el más habil, el mejor, el más guapo... una lágrima trataba de abrirse camino, pero tenía que ser fuerte, no podía llorar delante de ellos... así que me mantuve quieta, con expresión distante, aunque me estaba muriendo por dentro.

Eleher vio algo por el rabillo del ojo, no quería distraerse de la lucha, sabía que eso le costaría caro pero....ese pelo....se giró para ver qué o quien era, aunque antes de verla ya lo sabía....la vio, de pie, al lado de Estefian, qué demonios....? recibió un golpe.

- Ups! - miró al atacante



- Lo siento señor, se distrajo. - intentó excusarse.



- Sí, lo sé, fue culpa mía, no te preocupes, disculpadme, ahora vuelvo. - se acercó hasta ella y las miró furioso. - puedo saber qué creéis que estáis haciendo aquí? -



- Hola cariño! - le dio un beso en los labios después le miró sonriendo. - Kassandra se empeñó en venir y no pude negarme a traerla, ya sabes, cualquier cosa con tal de que se encuentre cómoda entre nosotros, verdad Kassandra? - dijo mirándola con una sonrisa de oreja a oreja. Eleher miró a Kassandra furioso.

- Si, su excelencia... por supuesto que yo me empeñé en venir... usted no podía contrariarme, claro está..- Le dije, sarcástica... para que iba a decir que no era así? Estaba claro que no me iban a creer. - Ahora si me disculpa su excelencia, y ya que como usted misma ha dicho, no debe contrariarme para que no me sienta mal, me gustaría ausentarme a mi habitación, con su permiso.- Le dije, utilizando su propia treta.

- Oh no! - la cogió del brazo y lo cruzó con el suyo. - yo quiero que te sientas bien aquí pero conmigo, si no lo has olvidado por eso estás aquí....no puedes irte aún, no hasta que yo te lo pida. -



No podía creerlo, habían venido por ella....en qué estaba pensando? La cogió del brazo y la separó de Estefian.

- Si nos disculpas querida me gustaría hablar con ella a solas. -



- Pero Eleher.... - puso cara de niña enfurruñada.



Eleher le dedicó un gélida mirada.

- Sabes muy bien que te tengo prohibido venir aquí, aunque ella te lo hubiese suplicado no deberías haber venido, jamás! - esta última palabra la gritó. - le pediré a uno de mis hombres que te acompañe a palacio, después irá Kassandra, tenemos que hablar. -



- Pero yo quiero que ella venga conmigo...para eso está aquí.... - dijo haciendo pucheros.



Eleher estaba perdiendo la paciencia.

- No me discutas Estefian, jamás vuelvas a hacerlo. Trebis! - llamó a voces. - acompaña a la princesa a palacio. - este afirmó con la cabeza. Estefian besó a Eleher y se marchó con Trebis. - y ahora tú y yo vamos a hablar un rato. - dijo mientras la arrastraba con él hasta una de las tiendas del campamento.

- Supongo que no me creerás si te digo que fue ella la que se empeñó en venir, no?. No, seguramente no me creeras... así que no se para que te lo he dicho. Que quieres decirme, Eleher?

Entraron en la tienda, sentó a Kassandra en una silla y él sentó en otra después de ponerse una camisa, una mesa les separaba.

- Quería hablar sobre eso exactamente, sobre por qué vinísteis aquí, sabes que no me gusta, nunca quise traerte, lo recuerdas? -